Mejoramos tu marca, realizando logotipos que cumplen los siguientes principios básicos:
• Sencillo: Entre más sencillo sea será más fácil de recordar y asociar con aquellos conceptos que se desean proyectar.
• Práctico: Al momento de diseñar el logotipo se deben tomar en cuenta todas las aplicaciones que tendrá, desde una tarjeta de presentación, hasta vehículos automotores. Si un logotipo contiene demasiadas texturas, al simplificarse para algunas aplicaciones puede perder el sentido de su concepto, volviéndose poco práctico.
• Consistente: Esto se refiere a que cada uno de los elementos en el diseño debe respetarse de acuerdo a su manual de uso. No se deben variar los colores o familias tipográficas utilizadas, ni mucho menos se debe permitir la deformación sustancial de su contenido; en caso contrario la consistencia del logo se perderá y dejará de ser pegadizo.
• Asociación y/o evocación: Tanto la grafía como los elementos conceptuales presentes en el logotipo deben estar asociados con aquellas características que se pretendan resaltar: de esta forma serán percibidos más fácilmente por los clientes objetivo.
• Único: Esto distinguirá al logotipo de todo lo que ya existe y sobre todo de la competencia. No hay que imitar, ni siquiera porque otros logotipos sean atractivos o muy funcionales, ya que de ese modo se lograría que la empresa sea percibida como una copia mal hecha de algo ya existente, aun cuando su propuesta estuviera mejorada.
• De largo plazo: Características como estilizado, clásico, contemporáneo, etc., pueden definir a un logotipo, sin embargo, estos calificativos deben reflejar la razón de ser de la empresa a la que representa, o bien, de sus productos y/o servicios que ofrece. Asimismo, es importante cuidar que el logotipo sea perdurable al paso del tiempo, ya que así logrará posicionar mejor a la empresa, aunque si es necesario se puede ir actualizando a través de los años, para evitar que se vuelva obsoleto y salga del mercado. |